Volver a Casa: Retiros a la naturaleza y las Barracas

Volver a Casa.

Este domingo por la tarde se fueron los participantes del último retiro en el bosque y las Barracas. Un grupo de personas que tienen el anhelo de conocerse más como son, y sobre todo, qué es lo que hace que estén viviendo una vida no tan llena como querrían, por decirlo simplemente.

La intención que hay detrás de cada receso, es que las personas que participen, puedan aprender qué significa estar dentro del “caperrot” cabezota, a través de los pensamientos y las emociones. Vivir a través de este velo de la mente, es lo que hace que nos sentimos perdidos, incluso aquellos que a pesar de tener lo que desean y no están satisfechos.

Viendo salir el sol, retiros en el bosqueAprendemos, practicando, que significa estar presente, simplemente observando, sin identificarse, con estas emociones y pensamientos. Así de simple es y el mejor lugar para darse cuenta es el bosque y las Barracas, sin distractores como ruidos externos, los móviles, las ocupaciones diarias… Darse cuenta de inmediato que estamos en la cabezota, es el primer paso y más necesario para transformar lo que hay en nosotros que obstaculiza poder vivir una vida desde la libertad, el gozo, y sobre todo la paz.

Es muy simple, mucho, pero no tan fácil cambiar cosas que llevamos haciéndolas desde siempre sin ni saberlo la mayoría de veces.
Pero no tan difícil, ya que cuando entendemos las cosas desde la simplicidad, sólo hay que ponerse a hacer el primer paso hacia allí, solos o acompañados, si no sabemos ni por dónde empezar. La metáfora que utilizo en estos retiros y que ayuda a entender lo que sucede dentro, es la de un viaje en barco. Cada participante decide comprar un billete, por lo que sea, es particular en cada uno, para subir al barco donde un capitán y una cocinera, son el personal a cargo del trayecto.

Cuando salimos al mar, a pesar de tener previsiones aproximadas del tiempo que podrá hacer, nunca se sabe que pasará. Nunca sabremos qué oleaje acabaremos teniendo, e incluso si la niebla enturbiará la mirada, o si una tormenta inesperada hará que se tenga que tomar o ligar al timón. El capitán se ocupa de su sitio, tiene el mapa de Volver a Casa, sabe que haya tormenta o calma, el objetivo es llegar.
Aquí está el Gran Viaje, hacia un mismo/a, sin que el miedo o el deseo le haga perder la claridad en la mirada. Casa, es aquella parte que ya hay en nosotros desde el primer segundo de existencia en esta vida, la más genuina, la esencia, el Corazón, el Amor real, aquel que no separa.

Casa es el rumbo y el destino de este barco, y es la niebla de los pensamientos y las tormentas de nuestras emociones que nos separan de disfrutar del viaje. El mar es nuestro inconsciente, y las olas, son todo lo que hay dentro de cada uno y que simplemente hace que navegar sea más o menos amable según la intensidad de lo ocurrido en el pasado. El pasado está dentro la mochila, que no podemos acceder. Es el inconsciente que va almacenando cada una de las cosas que vamos viviendo a través de los cinco sentidos y lo que imaginamos dentro.

El mar es la metáfora de este inconsciente teñido de emociones. Bajo el agua necesitamos unas gafas para poder mirar lo que hay, verdad?Meditaciones guiadas bajo los robles
Pues para poder mirar qué hay dentro del inconsciente, es decir, mirar dentro de nuestra mochila que pesa más o menos en cada uno, necesitamos también unas gafas. Y estas gafas son herramientas que nos ayudan a poder hacer consciente lo inconsciente que aún dirige los hilos de la persona que lo vive.

Esto lo practicamos en el receso para que las personas después lo puedan aplicar en su día día.
Durante los recesos utilizamos diferentes herramientas que nos sirven como de “gafas” para irnos entrenando en identificar lo necesario para poder cambiar lo que queremos, en nosotros. También usamos técnicas para que se pueda vivir de forma bien simple y calmada, lo que significa este Volver a Casa, experimentar que es vivir un Presente sin identificarse con los pensamientos y las emociones.

En este Presente, aunque la mente está, y las olas de las emociones quizá también, no interfieren, pasan como un segundo nivel.
En el primer nivel está la vivencia a través de los cinco sentidos de lo que hay alrededor. Puedes sentir el olor del aire tocando la piel, el sonido del barco que avanza, el calor de la piel que el sol acaricia… el presente, ahora consciente, que es esa mirada que de niños vivíamos sin saberlo, sin la interferencia de la mente. Sí, perdemos el paraíso para estar toda una vida buscándolo afuera, cuando está dentro.

Volver a Casa es cuando somos capaces de no querer sacar ni añadir nada de lo que estamos viviendo. Ser este observador consciente y ya adulto/a, que asume que cada vez que se activa con una emoción gracias a los pensamientos, hay una historia inconsciente que está aflorando y llama a la puerta. Si hay la presencia y se da cuenta, podrá conscientemente respirar y decirse en su interior:

“Gracias, pero ya no soy esa persona que tiene miedo a lo que sea, que se frustra y enrabia por situaciones determinadas, que se entristece porque las cosas nunca acaban de ir como cree que deberían ir.

Agosto 21 grupo BarracasY sí, gracias que ya no soy esa persona que se la lleva el deseo creando mundos paralelos, que sólo pueden ser fantasía, sólo son humo de un futuro que imagina. ”
Volver a Casa es un viaje hacia ti, una estancia en las Barracas de viña recuperadas, dentro de un bosque que lo vamos ordenando desde un silencio meditativo. Un viaje acompañados por personas que también quieren aprender a conducir los mismos barcos de otra forma, aprender cómo navegar estos mares inconscientes que vivimos a cada segundo.

Y en este viaje hay un capitán que soy yo, Oriol, ni mejor ni peor que tú, Un hombre, masculino y femenino, cada día más consciente de sus inconsciencias gracias a observar qué frutos deja su caminar.

Un capitán que antes ha tenido que domar sus propios mares, profundos y tenebrosos, para aceptar aquella parte más amorosa y luminosa que también hay dentro, sin que lo bueno y lo malo interfiera ya más en su mirada. Un capitán que no tiene miedo de las olas, pero que está tan presente y consciente como sabe para verlas venir y navegarlas de las mejores maneras, aprendiendo lo que hay con cada una de ellas, y extrayendo el mejor conocimiento que es sabiduría vivida.

Pronto habrá otro trayecto, te animas ??

Seguimos!!
Oriol